y hay que hacer limpia.
Pero como en mi familia
somos muy sentimentales y se guardan "los trapitos y demás" de la abuela...
Mis primas y tía se acuerdan de mi y me dan
la bolsa de recuerdos.
Esto fue el sábado a la noche.
Ya está!, por supuesto que esa noche no dormí demasiado pensando en qué hacer con esas sábanas bordadas, esas cintas de encaje y hasta un no sé que de ganchillo realizado tal vez por la tía abuela de mis primas.
No hay nada mejor que idear algo con todo este tesoro y tener de compañía, en esta mañana de domingo a Haydn; cómo disfruto con uno de sus cuartetos mientras corto y cuadro y remato y dejo a mi cabeza disfrutar con los detalles que han de venir más tarde!.
He aquí la diversión del día:
Me ha encantado el resultado, además de un recuerdo de los ancestros, un detalle de lo más femenino y coqueto.
Voy acabando y me voy transportando a esos mercadillos franceses
.
.
.
Pero esta vez la mercancía no viene de
Francia sino de un pueblo de Ávila.
Tan chic y romántico...
eso si, ahora me toca hacerme con uno de esos camisones de antaño!.
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